lunes, noviembre 21, 2005

De las no-verlas televisadas.

Siempre he tenido curiosidad por saber que sienten las personas cuando estan 3 horas frente al televisor viendo los culebrones, que religiosamente siguen un mismo patrón conocidos por todos. Yo no le vería el problema al asunto, si en realidad fuesen programas inconsecuentes (sé que para mucho de los lectores lo son), pero si nos fijamos en quiénes son los telespectadores, nos damos cuenta que si hay un problema grave detrás de todo esto.
Partamos del hecho de que el 99.9% de las novelas trata acerca de mujeres que son abandonadas en la infancia, se volvieron cachifas del papá, se enamoraron del hermano que no es su hermano, y su padre millonario se dio cuenta del error y la adoptó, lo cual trae una cadena de eventos desafortunados que hace que la jodida novela dure 1 año al aire para que todos vivan al final felices por siempre.
Continuemos en que el 60% de los televidentes noveleros son ancianas, las cuales sufren con la novela más que con sus propios problemas (que son que jode tomando en cuenta que ya están por tomar la pista de bajada), el 10% de los televidentes noveleros son mujeres en edad laboral(secretarias que solo están pendientes de un chisme y que para buscar tema de conversación cuando no tienen nada que decir salen con lo de las novelas), 10% son locas de carretera (no pienso decir nada al respecto), y el porcentaje que realmente me preocupa es el 20% de los televidentes noveleros, las cuales son niñas y niños en edad escolar.
Estamos conscientes que todo lo que es televisado tiene un impacto físico y social en todas las personas, que si el impacto es mayor o menor, depende sólo de la capacidad de criterio que tenga cada persona, pero ¿qué criterio real y personal (es decir, no inducido por una vieja novelera) puede tener un niño que apenas esta pensando en escribir bien, o en multiplicar y dividir por no decir sumar y restar?
Sé que muchos se preguntarán ¿por qué viene esto? Muy sencilla la respuesta: porque por primera vez estoy asustado, porque sé que cuando sea padre voy a tener que enfrentarme a esto y es algo que me asusta, no el hecho de que vean novelas, sino el efecto que las novelas puedan tener.
He podido observar a niñas de cuarto grado dándose las latas con niños de cuarto, quinto y sexto grado, sé que me diran que son piquitos o besitos insignificantes, pero no, son besos de películas porno, he visto a chamitas de quinto y sexto grado de lo más lanzadas a chamos de cuarto y quinto año de diversificado, chamitos y chamitas hablando de sexo como si supieran de lo que hablan(y a veces llego a pensar que sí saben lo que dicen), y todas tienen un lenguaje y pasatiempo común.... ver novelas.
Es algo preocupante, tanto como instructor como futuro padre, que esto sea lenguaje cotidiano en las escuelas primarias de Caracas, por no decir de Venezuela. Lo que en realidad me preocupa, es que por ejemplo como instructor de Artes Marciales en un colegio de Caracas, en realidad no sé compo afrontar de manera efectiva esta situación sin caer en un palabrerío el cual sé que no van a oir pero, también me preocupa el hecho que muchos padres no saben siquiera que tienen ese problema.
Y la vaina mas arrecha es que con el boom de las novelas "juveniles" mexicanas, en el cual ponen las situaciones de sexo y cierto grado de anarquía (porque lo que pintan no es rebeldía es anarquía y mucha gente no concoce la diferencia) como si fuese lo más normal del mundo, y son actitudes que ciertamente estan siendo aceptadas y puestas como práctica de vida por las televidentes juveniles por no decir infantiles que ven el programa. Y honestamente bajo la premisa de que inculcan valores (o antivalores) buscan darle al final de cada capítulo o de novela un jodido final feliz que apesta a las cloacas más putrefactas de Caracas.
Por qué no dicen las cosas como son... los rebeldes sin causas, las calentagüevos, los drogadictos y los alcohólicos siempre terminan jodidos y mal.
Si bien es cierto que gran parte de la culpa es de los padres, los cuales no saben o no pueden controlar lo que sus hijos ven o hacen, bien sea porque forman parte de esa cultura novelera o porque están trabajando todo el día (o viven una historia de novela peruana digna de Laura en América como conozco un caso), o porque son unos completos idiotas o bastardos desgraciados como también puede suceder, lo que se transmite en la televisión local apesta y debe ser cambiado o eliminado...
Estoy totalmente de acuerdo con la libertad de expresión, pero las novelas no expresan nada que pueda ser utilizado para bien, y solo causan y generan más estrés a las personas que las ven y a los que tienen que tratar con los débiles mentales que ven novelas.

Sin más que decir por ahora... me retiro a comer... viendo las noticias deportivas (unas de las pocas cosas buenas de la televisión nacional... pero eso está cocinándose para otro momento).